Hongos de jardín pueden degradar el plástico más resistente en 140 días

Hongos

El polipropileno es uno de los plásticos más resistentes, pero también uno de los más problemáticos debido a que constituye un tercio de todos los desechos plásticos. Afortunadamente, en nuestro patio trasero habitan dos especies de hongos capaces de degradarlo por completo en apenas 140 días.

 

Científicos australianos han publicado en Nature un reciente estudio en el que analizan a Aspergillus terreus y Engyodontium album, y su uso en el diseño de soluciones biológicas prácticas para tratar los residuos plásticos.

El poder de los hongos

Según Ali Abbas, ingeniero químico de la Universidad de Sidney, estos hongos tienen la taza de degradación más alta reportada en la literatura científica actual.

Hasta el momento, se ha descubierto que más de 400 microorganismos degradan el plástico de forma natural. Sin embargo, los hongos atraen bastante la atención por su versatilidad y capacidad para degradar todo tipo de sustratos sintéticos con una poderosa mezcla de enzimas.

«Estudios recientes sugieren que algunos hongos pueden incluso degradar algunos de los «químicos permanentes» como PFAS, pero el proceso es lento y aún no se comprende bien«, explica el microbiólogo, Dee Carter.

Los plásticos son una cadena de átomos de carbono con diferentes cadenas laterales que les confieren propiedades específicas. En teoría, reciclar plásticos debería ser tan fácil como separar las subunidades repetitivas que los componen. Pero, debido a la gran variedad de plásticos existentes, cuando se mezclan con otros materiales como desechos, se vuelven prácticamente imposibles de separar y reciclar. Como resultado, la mayoría de los desechos plásticos terminan incinerados o en vertederos, al ser el reciclaje un proceso demasiado costoso.

Nuevas tecnologías

Si bien los investigadores aún no saben exactamente cómo los hongos digieren el plástico, la idea es que pueden degradarlos en moléculas más simples para luego absorberlos o excretarlos.

El método experimentado en el laboratorio requiere un pretratamiento con luz ultravioleta, calor o un reactivo químico para debilitar el material de desecho, de manera que los hongos puedan atacarlo. Este paso imita las condiciones ambientales necesarias para que los hongos se adhieran a los plásticos.

Abbas señala que su método podría ampliarse como cualquier proceso de fermentación, pero añade que su equipo aún no ha optimizado las condiciones experimentales para trabajar a escala industrial. Además, destaca que su método no reemplaza los esfuerzos para reducir la producción de desechos plásticos.

El desarrollo de estas tecnologías es un camino lleno de baches, desde la experimentación en un banco de laboratorio hasta la comercialización del producto final. «Necesitamos apoyar el desarrollo de tecnologías de reciclaje disruptivas que mejoren la circularidad de los plásticos, especialmente aquellas tecnologías impulsadas por procesos biológicos«, subraya Abbas.

Este estudio, como muchos otros sobre el tema, requerirá de tiempo y determinación para hacer una verdadera diferencia en la gran cantidad de desechos plásticos que se acumulan rápidamente.

 

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