La NASA ha hecho un descubrimiento revolucionario en Io, una de las lunas de Júpiter, que podría cambiar nuestra comprensión de los fenómenos geológicos más allá de la Tierra. A través de las observaciones de la misión Juno, se han revelado detalles sin precedentes sobre este cuerpo celeste, destacando por primera vez en veinte años la presencia de un lago de lava vítrea, un espectáculo que recuerda a escenarios de ciencia ficción, pero que se encuentra en nuestro sistema solar.
Io, descubierto por Galileo Galilei en 1610, ha sido objeto de fascinación científica por ser el cuerpo más geológicamente activo conocido. La reciente aproximación de la nave espacial Juno ha permitido captar imágenes de alta resolución que ofrecen una vista detallada de las extremas características volcánicas de esta luna. Durante los sobrevuelos de diciembre de 2023 y enero de 2024, Juno se acercó a solo 1,500 kilómetros de Io, revelando no solo columnas volcánicas activas y picos montañosos, sino también el impresionante lago de lava conocido como Loki Patera.
Scott Bolton, investigador principal de Juno en el Instituto de Investigación Southwest, expresó durante una conferencia de prensa en la Asamblea General de la Unión Geofísica Europea en Viena: “Io está plagado de volcanes, y hemos capturado algunos de ellos en plena acción. Es un paisaje dinámico que nos recuerda continuamente las fuerzas naturales que operan más allá de nuestro planeta”.
El reflejo captado por los instrumentos de Juno del lago de lava sugiere que partes de Io tienen superficies tan lisas como el cristal de obsidiana, creando un efecto espejo que desafía las expectativas de un entorno volcánico. Esta característica singular no solo proporciona una ventana a la actividad volcánica del satélite, sino que también ofrece indicios sobre su composición y los procesos geológicos que modelan su superficie.
A diferencia de las otras lunas galileanas, Io presenta una superficie excepcionalmente lisa debido a la constante renovación provocada por flujos de lava. Este proceso natural borra cráteres de impacto y remodela continuamente el paisaje, manteniendo la luna en un estado de rejuvenecimiento perpetuo.
Un estudio complementario publicado recientemente en la revista Science resalta que la ausencia de contornos topográficos en Io es un reflejo directo de su extrema actividad volcánica. Además, observaciones realizadas con el conjunto de telescopios Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile han detectado en la atmósfera de Io una rica presencia de azufre y cloro, elementos que subrayan una actividad volcánica sostenida a lo largo de los últimos cuatro mil millones de años.
El fenómeno de las mareas terrestres encuentra un paralelo dramático en Io, donde las fuerzas de marea ejercidas por la gravedad de Júpiter y las interacciones con las lunas vecinas, Europa y Ganímedes, provocan que la superficie de Io se eleve y caiga hasta 100 metros. Este dinamismo ha llevado a Bolton a describir a Io como “la luna torturada de Júpiter”.