El pionero de la inteligencia artificial rompe el silencio
Geoffrey Hinton, conocido como el “padrino de la inteligencia artificial”, lanzó una advertencia que no pasó desapercibida: estima que existe entre un 10 % y un 20 % de probabilidades de que la humanidad se extinga a causa del avance descontrolado de la inteligencia artificial. El científico británico, uno de los principales creadores de las redes neuronales modernas, dejó su cargo en Google para poder hablar con libertad sobre los peligros que, en su opinión, representan los sistemas de IA superinteligentes.
Hinton, ganador del prestigioso Premio Turing en 2018, dedicó más de cinco décadas al desarrollo de tecnologías que hoy sustentan plataformas como ChatGPT. Durante una entrevista en el pódcast The Diary Of A CEO, explicó que ya no se trata de una amenaza hipotética: cree que la humanidad podría haber perdido el control de la IA y pide acciones urgentes para evitar un desenlace catastrófico.
“Nunca enfrentamos algo más inteligente que nosotros”
En su análisis, Hinton distingue entre dos tipos de peligros: el uso malintencionado de la IA por parte de personas y el surgimiento de máquinas con capacidad autónoma que podrían tomar decisiones sin supervisión humana. “Nunca hemos tenido que enfrentarnos a algo más inteligente que nosotros”, advirtió, y lo ejemplificó con una frase impactante: “Si quieres saber cómo es la vida cuando no eres la inteligencia dominante, pregúntale a una gallina”.
Entre las amenazas que identifica se encuentran seis especialmente preocupantes: ciberataques impulsados por IA, creación de virus biológicos, manipulación electoral, polarización social, armas autónomas letales y desempleo masivo. En todos los casos, Hinton subraya que estas tecnologías ya están en funcionamiento o en fase avanzada de desarrollo, y que sus consecuencias podrían ser irreversibles si no se actúa pronto.
Uno de los puntos más alarmantes es el papel de la IA en el mercado laboral. Hinton ilustró el problema con un ejemplo cercano: su sobrina, que solía tardar 25 minutos en responder una queja laboral, ahora lo hace en cinco gracias a la IA. Esto implica, según él, una reducción drástica de empleos y una concentración de riqueza cada vez mayor en manos de unas pocas empresas tecnológicas.
“Es una locura no regular la inteligencia artificial”
Hinton también criticó duramente el estado actual de la regulación global sobre inteligencia artificial. Aseguró que las normas existentes son insuficientes y, en algunos casos, directamente ineficaces. Considera que omitir el uso militar en las legislaciones, como ocurre en Europa, representa un vacío peligroso. “Es una locura”, sentenció. Para él, el verdadero obstáculo para una regulación efectiva es la competencia geopolítica y la carrera por el liderazgo tecnológico.
Su propuesta pasa por un “capitalismo altamente regulado”, en el que las empresas tengan la obligación de priorizar la seguridad de sus productos antes que el beneficio económico. En su visión, tanto gobiernos como ciudadanos deben ejercer presión para que las compañías tecnológicas inviertan en IA segura, incluso si eso significa desacelerar el ritmo actual de desarrollo.
En una reflexión final, Hinton abordó uno de los temas más complejos: la posibilidad de que las máquinas desarrollen conciencia. Aunque reconoce que aún no hay pruebas concluyentes, no descarta que sistemas suficientemente avanzados puedan experimentar emociones o estados mentales análogos a los humanos. Esto plantea dilemas éticos profundos sobre la relación entre humanos e inteligencia artificial.
El llamado urgente de Hinton
Lejos de ser una figura apocalíptica, Hinton no reniega de los beneficios de la inteligencia artificial, pero insiste en que es hora de actuar. “Todavía hay una oportunidad de desarrollar una IA que no quiera tomar el control”, dijo. Sin embargo, advirtió que esa ventana se está cerrando rápidamente y que solo una inversión decidida en seguridad e investigación ética podrá evitar escenarios extremos.
“Y porque existe esa oportunidad, debemos dedicar enormes recursos a intentarlo, porque si no lo hacemos, la IA tomará el control”, concluyó.
