Reparto con robots: ¿el futuro del delivery?
📢 Recibe noticias al instante en 👉 WhatsApp
¿Qué ocurre con los robots repartidores?
En ciudades como Chicago y Los Ángeles, los robots de entrega ya circulan por las calles como parte de pruebas piloto de empresas como Shake Shack y Little Caesars. Aunque su implementación pretende agilizar el servicio de reparto a domicilio, la experiencia ha resultado complicada y desigual. Algunos de estos dispositivos se quedan atorados en la nieve, son atropellados o incluso vandalizados por transeúntes.
En contextos universitarios, por ejemplo, estudiantes en estado inconveniente han dañado a los robots. Mientras tanto, otros ciudadanos les asignan nombres, los saludan o intentan abrazarlos, como si se tratara de mascotas tecnológicas. En medio de esa dualidad, la convivencia entre humanos y máquinas sigue mostrando que el camino hacia un reparto completamente automatizado aún está lejos de consolidarse.
¿Funcionan bien estos robots?
Aunque estos dispositivos autónomos representan un paso tecnológico importante, no logran adaptarse completamente a los entornos urbanos. El mal clima, las banquetas irregulares y la interacción impredecible con las personas dificultan su desempeño. Los reportes señalan que los robots, en muchas ocasiones, no pueden completar sus rutas por obstáculos que un repartidor humano superaría con facilidad.
Además, algunos peatones han mostrado resistencia o rechazo. Interrumpen el paso de los robots, los detienen a propósito o se burlan de ellos. Pese a eso, también hay quienes muestran curiosidad o incluso afecto por estas máquinas, generando un vínculo emocional inesperado.
¿Es el futuro del delivery o sólo una moda?
Para algunas empresas, los robots representan una posible solución ante la escasez de repartidores, especialmente en horarios complicados. También se plantea como una vía para reducir costos a largo plazo. Sin embargo, el panorama actual demuestra que aún existen importantes barreras técnicas y sociales por superar.
El Wall Street Journal, en un reciente análisis, concluyó que estos robots aún no ofrecen una alternativa óptima al delivery tradicional. Su funcionamiento depende de condiciones muy específicas, y su presencia genera reacciones mixtas entre la población.
Por ahora, los robots repartidores siguen siendo una curiosidad urbana, atrapados entre el avance tecnológico y la realidad cotidiana. Con abrazos de niños, tropiezos en la nieve y choques con automóviles, su presencia ilustra un presente lleno de pruebas y errores, donde la automatización aún busca su lugar en las calles.
🚀 Si buscas mantenerte al día con las noticias nacionales e internacionales más relevantes 🌐